"...muchos pensaron que hoy no tocaríamos pues Valparaíso se ha quemado...pero ¿cuántas veces nos hemos quemado y cuántas hemos renacido?". Pancho Sazo reinventa a su personaje ganándose al público una vez que ha subido al escenario. No tiene para qué hacerlo y lo sabe. Pero lo hace bien: los viejos barbones como él gozan de cierta angustia - en sus propias declaraciones - con la que juegan a reunir las voluntades del público, los músicos y la delicia de su sonido inconfundible.
Desde el compromiso de "Los pájaros de Arcilla", hasta confirmar su poesía en "Pichanga", habiendose dado muchas vueltas por la cresta del mundo, resulta honesto que la banda quiera mostrar una de sus influencias más gravitantes, no a modo de homenaje, sino como de un paso más de su evolución: el jazz que incluye dentro de lo que será el nuevo álbum parte del cual mostraron en el Teatro Municipal de Valparaíso suena puro y virtuoso. Y es que no podía ser menos, desde el gran viaje que significa su música y su historia: miles de sonidos y lugares que se entremezclan, de Valparaíso a Santiago y de la Patagonia hasta la Pampa. Se han hecho locales para ser reconocidos mundialmente.
A pesar de una que otra falla en los retornos, que luego de parar un rato se solucionaron no sin una gran dosis de espontaneidad de parte de los músicos y paciencia del público, la muestra que hace CONGRESO de su música es fresca y renovada, casi como ir a una tocata de jazz luego de la cual no recuerdas nada al salir: preciso, pero divergente; espontáneo pero misterioso, con Sazo murmullando las letras, como si quisiera adherir sus palabras a lo etéreo de las cortinas musicales del total. Se quema en los murmullos y renace con la síncopa.
Desde el compromiso de "Los pájaros de Arcilla", hasta confirmar su poesía en "Pichanga", habiendose dado muchas vueltas por la cresta del mundo, resulta honesto que la banda quiera mostrar una de sus influencias más gravitantes, no a modo de homenaje, sino como de un paso más de su evolución: el jazz que incluye dentro de lo que será el nuevo álbum parte del cual mostraron en el Teatro Municipal de Valparaíso suena puro y virtuoso. Y es que no podía ser menos, desde el gran viaje que significa su música y su historia: miles de sonidos y lugares que se entremezclan, de Valparaíso a Santiago y de la Patagonia hasta la Pampa. Se han hecho locales para ser reconocidos mundialmente.
A pesar de una que otra falla en los retornos, que luego de parar un rato se solucionaron no sin una gran dosis de espontaneidad de parte de los músicos y paciencia del público, la muestra que hace CONGRESO de su música es fresca y renovada, casi como ir a una tocata de jazz luego de la cual no recuerdas nada al salir: preciso, pero divergente; espontáneo pero misterioso, con Sazo murmullando las letras, como si quisiera adherir sus palabras a lo etéreo de las cortinas musicales del total. Se quema en los murmullos y renace con la síncopa.
1 comentario:
Estimado JPDINAMARCA,
Me gusta mucho Congreso, y por eso mismo asistí al concierto que mencionas. Es más, creo haberte divisado por ahí...
Concuerdo contigo en cuanto a casi todo lo que dices, por eso no lo repetiré, pero discrepo en un punto: Me parece "lo notable" de tu parte querer rescatar lo mejor del artista, pero no podemos creer que la nula dicción del vocalista sea intencionada para lograr algún efecto del tipo "cortina musical del total". Acepto que disfrutes intentado rearmar con tu imaginación lo que alguna vez fue el texto de una canción, ayudado sólo por el farfulleo Sazístico y tu INCREÍBLE imaginación, pero me parece ingenuo de tu parte confiar en que la intención del músico implicaba saltarse la creación de otro artista igualmente respetable que creó la letra de su música. Todo esto se debe a una sola cosa: SAZO NO SABE MODULAR. Costará, pero debes aceptarlo. NO es perfecto. Lo siento.
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